miércoles, 26 de agosto de 2009

Palmerolo. Soy de la Resistencia constante en su ambrosía inclaudicable.

Montaña de la Flor, 26 de agosto de 2009

Poeta Candelario
Amigo:

Es una honra ser del pueblo y recibir el abrazo solidario de la gente buena, gente pueblo, gente gentil del mundo. Y de los jumentos de las tierras bañadas por el rio Arno, tan importante como el rio Ulúa, en historia y grandeza de pueblos. De eso me doy la honra. Y gracias a usted por reconocerlo y de ver con buenos ojos que me den el reconocimiento a mi modestia de animalito de patio, servidor, generoso, si acaso terco, pero no romo de entendederas, no necio al nivel del crimen, ni de la osadía del cinismo, como ha sucedido con el Opus Dei de la dictadura, que habiendo venido a hacer la patarata de estar dispuestos a dialogar y ceder en posiciones por el bien de Honduras, sólo fueron a comer de gratis a Costa Rica, a burlarse de don Oscar, premio Nobel, y a exponer a los hijos del pajarito como golpistas, hijos de autogolpista, asociados con la falange de pirañas que el Partido Nacional ha puesto al servicio del golpe militar; como ha sido de uso siempre que ha habido golpes en Honduras.

La Resistencia contra el Golpe y el Presidente Manuel Zelaya Rosales si recibieron con denuedo de fraterna actitud por el bien de la Patria a la Misión de Cancilleres de la OEA, que vino a gestionar el Acuerdo de San José como una salida negociada.

Queda en los anales de la historia y guardado en la memoria de todos y todas, de la plantas, de las piedras, de los animalitos de patio y los silvestres, y de la gente de bien, este evento sin precedentes por parte de toda la humanidad deseosa de que no haya más crímenes del orden de lesa humanidad en ningún parte del mundo, y mucho menos en un país pobre, como Honduras, donde quienes sufren el gran impacto siempre son los pequeños, los descalzos, los sin nombre, los aparentemente menos involucrados. Nosotros, los que vivimos bajo la carga de tutelar a los poderosos perdiendo la libertad de los nuestros.

No retozo, poeta, pero tampoco gimo. Seguiré al pueblo. Y sé por las voces que me llegan que la Resistencia crece, que suma, que se fortalece. Y escucho también que la solidaridad internacional y los organismos de paz y de justicia en el mundo aumentarán su apoyo al pueblo en resistencia. Es importante la grandeza dela fuerza moral, lo digo yo que me estoy aprendiendo de memoria las fábulas de Esopo, un esclavo griego que hablaba con los humanos, poniendo como ejemplo a los animales, en lugar de los dioses, como era el común en la cultura griega. Aprender de los vicios y debilidades de los dioses. Y este esclavo demostró que en ese sentido, dioses y animales, eran el reflejo de los humanos. Estoy aprendiendo que ver para abajo, es tan importante como ver para arriba. Así, dignifico mi porte de jumento. Igual que el pueblo que lucha desde abajo, sin más armas que su propia capacidad humana, humanista, humanitaria.

Me siento bien poeta y asumo el dicho, que reza: arrieros somos y en el camino vamos; siendo que en este arreo, todos somos simples jumentos, mientras de la hostilidad y la inquina no nos liberemos.

Sabe, poeta, le he oído decir al Patriarca, en sus delirios del tiempo, que los mayas están acercando más espejos a la tierra, que va a temblar el interior de los humanos con los cambios que sobrevendrán, dice que dicen, que el mundo se dará vuelta, que viene el tiempo del liderazgo de la mujer. Que al oeste del espejo del Ulúa está escrito lo que veremos en esta luna dibujarse en los cielos; que son tiempos de cambios. Tiempos de paz. No de guerra, que es el tiempo de la proximidad, de los cuerpos pequeños, no de la guerra, ni de los planetas grandes. Como la canción del misal que dice: “cuando el pobre cree en el pobre…”

Vuele ojo, poeta, mire hacia el cielo, de día y de noche vea, y verá signos que modifican los tiempos. Yo miraré a través del agua. Allí colmaré mi sed de entendederas. Y pararé mis orejas al Toj. Al vocablo de los ancestros que en estas noches se darán cita con el gran patriarca de lo Tolupanes. Integremos al lenguaje de la sencillez de lo grande que es a vida y nutrámonos en esta resistencia popular e intensa, vibrante y permanente, constante en su ambrosía inclaudicable.

Poeta, no vamos solos, hasta los planetas se nos vuelven próximos, así que caminemos, que la luna y el sol, van con nosotros. Un abrazo


Palmerolo
Su paisano borrico.

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