DÍA 46 DEL GOLPE - Miércoles, 12 de agosto de 2009
Juncos y caminos, 12 de agosto de 2009.
Candelario
Poeta amigo:
Esto está que pica, se va poniendo color de hormiga. Los Sátrapas han vuelto a establecer el toque de queda. Hay temor y mano dura. Es que el hormiguero despierta y no es sólo un asunto de aguijones, sino también de panales, de inteligencia milenaria en la resistencia y de capacidad comunitaria, sin más armas, como te lo he dicho poeta, que la laboriosidad de hormiga.
Cuando un panal se hace, también se fabrica mucha miel y seda y un concepto de familiaridad.
La dictadura se ha establecido con su piquete militar, con violencia y asalto; dicen que también depredando las reservas del país, además de los daños a su gente.
Pero oye poeta que ya hay voces que dicen: soldado, deserta, vete a casa, vuelve al pueblo, venite de regreso al barrio, si sos del campo, únete a la peregrinación.
Soldado abandona las filas de la represión y únete a tu pueblo, replegate hasta al lado de los tuyos, no dispares contra el pueblo defendiendo el poderío de los turcos. Nada tenés soldado. Vos no sos dueño de nada, ni de es orden bochornosa que te da un oficial que está bien pagado, bien comprado, bien turqueado. Soldado ¿Sos hondureño, o sos turco? ¿Qué sos? Soldado, no te dejes drogar, no dispares contra un pueblo desarmado que se manifiesta en paz.
Esa arma no es tuya. Vos sos del pueblo. No disparés a tu gente. Vos sos del pueblo. Vos sólo tenés el barrio o la aldea a donde un día tenés que regresar. Venite soldado, desertá: Ya hay voces, poeta, y las palabras no siempre caen en oídos sordos.
Pero como te digo, escucho de todas voces, y algunas no me gustan. En las manifestaciones de la ciudad han dejado que se les vaya de la mano que algunos manifestantes cometan vandalismos, los que podría justificar a los generalotes el uso de mayor violencia por parte de la dictadura.
Algunas voces dicen que son infiltrados los que provocan esos desórdenes. Eso significa que hay que organizar y dirigir mejor los eventos civiles; que como vos me has dicho poeta, las fuerzas armadas no están durmiendo, ellas están activas, diseñando sus estrategias, por eso son bien asesoradas. Y tienen que justificar su existencia, reprimiendo, violentando, guerreando. Aún contra su mismo pueblo.
Hay que llamar a que los soldados abandonen las filas, pero a la vez hay que vigilar que no haya ninguna expresión de violencia en las manifestaciones civiles. Que esta es la lucha de la paz contra la guerra, del pueblo contra los turcos de este asalto.
Es increíble la capacidad de la protesta de contenerse, de dar respuesta pacífica, ante la violencia de la policía. Y que no son ángeles, son humanos, muy humanos los manifestantes y es comprensible que indignado el pueblo contra los golpistas algunas veces pierda la cordura después de tantos días de represión. Pero no se puede permitir que los estrategas del golpe infiltren las manifestaciones pacíficas y que provocando el vandalismo, justifiquen su maquinaria de fuerza. Eso dice un joven tolupán , muy sabido que ayer se fue a sumarse a la peregrinación.
Mira poeta, una voz muy sabia, dijo por Radio Progreso, que los ejércitos se educan en materia de violencia viendo en el otro siempre a un enemigo al que hay que destruir por todos los medios posibles. Bajo este propósito los ejércitos no tienen sensibilidad, sino sensores que responden de manera mecánica y atacan, y con tal propósito, ellos mismo siembran la violencia en lo que consideran territorio enemigo, y obtenidos los resultados, poder atacar sin miramientos. Ellos no ven al pueblo que hambrea para que a ellos les paguen y les mantengan sus armas y lujos caros, ellos sólo ven enemigos; y tras de esto, botines de guerra.
Casi siempre, dijo la voz, sus acciones la refuerzan, además de su fuerza doctrinaria de violencia y muerte, con tecnología sofisticada, a manera de juguetes subliminales, de sueños para usar, de prodigios de muerte que quieren verlos escupiendo ráfagas y mirar como cae del otro lado el oponente. Y sobre todo, en esas circunstancias, van drogados, dijo la voz, y tiene razón, creo yo.
Por eso, esa maquinaria de muerte, no es bueno tenerla en un país que ame a su gente.
Hay que ver abriendo bien los ojos, poeta, que la paz tiene sus riesgos, de pronto más graves que la violencia, porque la paz es más permanente y prolongada, hay que sostenerla fuerza de moral, como bien lo hace el pueblo hondureño y lo dicen bien tus cartas que me haces llegar: que no hay que perder, en ninguna circunstancia los grandes objetivos de esta resistencia popular: una constituyente para una nueva Constitución, un país sin ejército y con más salud y educación.
Como vez, te voy aprendiendo, y paro bien las orejas, que soy burro suertudo, de carga siempre, pero me ha tocado vivir un momento único, de gran testimonio de resistencia popular y de la dignidad que es tan valorada en la nación del pueblo tolupán.
Recibe estos roznidos como un signo de que amigos somos y por el mismo camino vamos. A propósito, te deseo buena suerte en el partido de hoy contra Costa Rica, con quien quiera este pueblo un día, compitamos no sólo en el fútbol, sino en el desarrollo social, tecnológico y político; para que veas, que te estoy aprendiendo, poeta. “Que el burro a señas y el pueblo a leña” o algo así… ¡Ah, y gracias por tu poema a la peregrinación!
Atentamente tu amigo
Palmerolo
Poeta amigo:
Esto está que pica, se va poniendo color de hormiga. Los Sátrapas han vuelto a establecer el toque de queda. Hay temor y mano dura. Es que el hormiguero despierta y no es sólo un asunto de aguijones, sino también de panales, de inteligencia milenaria en la resistencia y de capacidad comunitaria, sin más armas, como te lo he dicho poeta, que la laboriosidad de hormiga.
Cuando un panal se hace, también se fabrica mucha miel y seda y un concepto de familiaridad.
La dictadura se ha establecido con su piquete militar, con violencia y asalto; dicen que también depredando las reservas del país, además de los daños a su gente.
Pero oye poeta que ya hay voces que dicen: soldado, deserta, vete a casa, vuelve al pueblo, venite de regreso al barrio, si sos del campo, únete a la peregrinación.
Soldado abandona las filas de la represión y únete a tu pueblo, replegate hasta al lado de los tuyos, no dispares contra el pueblo defendiendo el poderío de los turcos. Nada tenés soldado. Vos no sos dueño de nada, ni de es orden bochornosa que te da un oficial que está bien pagado, bien comprado, bien turqueado. Soldado ¿Sos hondureño, o sos turco? ¿Qué sos? Soldado, no te dejes drogar, no dispares contra un pueblo desarmado que se manifiesta en paz.
Esa arma no es tuya. Vos sos del pueblo. No disparés a tu gente. Vos sos del pueblo. Vos sólo tenés el barrio o la aldea a donde un día tenés que regresar. Venite soldado, desertá: Ya hay voces, poeta, y las palabras no siempre caen en oídos sordos.
Pero como te digo, escucho de todas voces, y algunas no me gustan. En las manifestaciones de la ciudad han dejado que se les vaya de la mano que algunos manifestantes cometan vandalismos, los que podría justificar a los generalotes el uso de mayor violencia por parte de la dictadura.
Algunas voces dicen que son infiltrados los que provocan esos desórdenes. Eso significa que hay que organizar y dirigir mejor los eventos civiles; que como vos me has dicho poeta, las fuerzas armadas no están durmiendo, ellas están activas, diseñando sus estrategias, por eso son bien asesoradas. Y tienen que justificar su existencia, reprimiendo, violentando, guerreando. Aún contra su mismo pueblo.
Hay que llamar a que los soldados abandonen las filas, pero a la vez hay que vigilar que no haya ninguna expresión de violencia en las manifestaciones civiles. Que esta es la lucha de la paz contra la guerra, del pueblo contra los turcos de este asalto.
Es increíble la capacidad de la protesta de contenerse, de dar respuesta pacífica, ante la violencia de la policía. Y que no son ángeles, son humanos, muy humanos los manifestantes y es comprensible que indignado el pueblo contra los golpistas algunas veces pierda la cordura después de tantos días de represión. Pero no se puede permitir que los estrategas del golpe infiltren las manifestaciones pacíficas y que provocando el vandalismo, justifiquen su maquinaria de fuerza. Eso dice un joven tolupán , muy sabido que ayer se fue a sumarse a la peregrinación.
Mira poeta, una voz muy sabia, dijo por Radio Progreso, que los ejércitos se educan en materia de violencia viendo en el otro siempre a un enemigo al que hay que destruir por todos los medios posibles. Bajo este propósito los ejércitos no tienen sensibilidad, sino sensores que responden de manera mecánica y atacan, y con tal propósito, ellos mismo siembran la violencia en lo que consideran territorio enemigo, y obtenidos los resultados, poder atacar sin miramientos. Ellos no ven al pueblo que hambrea para que a ellos les paguen y les mantengan sus armas y lujos caros, ellos sólo ven enemigos; y tras de esto, botines de guerra.
Casi siempre, dijo la voz, sus acciones la refuerzan, además de su fuerza doctrinaria de violencia y muerte, con tecnología sofisticada, a manera de juguetes subliminales, de sueños para usar, de prodigios de muerte que quieren verlos escupiendo ráfagas y mirar como cae del otro lado el oponente. Y sobre todo, en esas circunstancias, van drogados, dijo la voz, y tiene razón, creo yo.
Por eso, esa maquinaria de muerte, no es bueno tenerla en un país que ame a su gente.
Hay que ver abriendo bien los ojos, poeta, que la paz tiene sus riesgos, de pronto más graves que la violencia, porque la paz es más permanente y prolongada, hay que sostenerla fuerza de moral, como bien lo hace el pueblo hondureño y lo dicen bien tus cartas que me haces llegar: que no hay que perder, en ninguna circunstancia los grandes objetivos de esta resistencia popular: una constituyente para una nueva Constitución, un país sin ejército y con más salud y educación.
Como vez, te voy aprendiendo, y paro bien las orejas, que soy burro suertudo, de carga siempre, pero me ha tocado vivir un momento único, de gran testimonio de resistencia popular y de la dignidad que es tan valorada en la nación del pueblo tolupán.
Recibe estos roznidos como un signo de que amigos somos y por el mismo camino vamos. A propósito, te deseo buena suerte en el partido de hoy contra Costa Rica, con quien quiera este pueblo un día, compitamos no sólo en el fútbol, sino en el desarrollo social, tecnológico y político; para que veas, que te estoy aprendiendo, poeta. “Que el burro a señas y el pueblo a leña” o algo así… ¡Ah, y gracias por tu poema a la peregrinación!
Atentamente tu amigo
Palmerolo
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