DÍA 42 DEL GOLPE - Sábado, 8 de agosto de 2009
Consignas y pancartas, 8 de agosto 2009.
Palmerolo
Paisano borrico:
Tenés razón mi sabio amigo, el pueblo que va en peregrinación es la paz que se hace al camino. Su optimismo de energía ya está por encima de toda política: es la soberanía misma a pie, que se hace a caminar. Esta armonía de pasos y conciencias, respira, sonríe, es gozo, no consume municiones, ni disuade mediante las armas. Camina y reclama simplemente y busca derribar esa ola de martirio y angustia, que el turco fratricida y su prole de mañosos le ha impuesto a nuestra patria.
Esta inquietud desarmada camina y canta, hace poesía diaria y se armoniza con los amaneceres y sólo busca aliviarle angustia a este mundo demasiado armado, demasiado violento, en demasía militarizada; capaz de expatriarnos de la vida y de la esperanza, de matarnos por tener decencia, decisión propia, dignidad diaria, desobediencia cuando así lo ordena el ara de la patria.
Ha sido tan grande el crimen y el pecado cometido por el régimen usurpador de los golpistas, que el pueblo sencillo y conciliador, ha salido a exponerse no importa los colosales ingenios de armas que la represión imponga. Sólo busca que el crimen abandone lo que ha tomado por la fuerza y que en la patria se reinstale la democracia.
Debemos reverenciar inclinando nuestras cabezas y hacer honor Palmerolo a nuestro pueblo. La muerte no es nadie: la garantía es de los que marchan defendiendo la vida, reclamando la paz, es la vida en abundancia. Que son cientos de miles que se van sumando, más cientos y cientos que apoyan con comida y agua, con solidaridad y oraciones, como si el cielo mismo es el que ha bajado al suelo de la patria dispuesto a
hablar de frente, a sumar, a crecer y llenarlo todo de humanidad.
La peregrinación ya no quiere vivir dramas más agudos, quiere refundar la patria. El horror suscitado tiene una respuesta de luz, que dice: La patria no puede ser un negocio de la iniquidad y la violencia.
La peregrinación es el pueblo movilizado, reclamando el tiempo de firmar una verdadera Acta de Independencia, no sólo de papel y hecha por la élite de poderosos. Esta es una nueva Acta de un gran pacto social proveniente de la gran masa popular. Escrita en el rostro de los caminos, graficada por la dignidad de la justicia y rubricada por la sangre de los mártires.
La peregrinación va, Palmerolo, es concreta, de carne y hueso, de sangre y convicciones, es sentimientos e ideales: contiene la sustancia de la participación de una gran misa comunitaria. Va por una nueva Asamblea Constituyente conformada por el pueblo, va por el desarme y la paz, va en contra de la violencia y el crimen; es a favor de la concordia y la amabilidad, el trabajo limpio, la honestidad y la garantía de que nadie deberá en Honduras tener miedo de nadie, sino confiar, vivir, dialogar, darse ayuda mutua, creer y actuar con responsabilidad.
No pueden decir los golpistas que somos unos dos, cinco, cien; tienen que contar bien. Y si son cuerdos deben devolverle al pueblo la institución de la patria; no temer. Que el pueblo es justo, no golpea, no agrede, ni miente: sólo quiere devolver la verdad a los colores de la bandera y dotar nuevamente de Soberanía los emblemas y valores del terruño que nos vio nacer.
Esa es la verdad de esta peregrinación, salir de esta crisis renovados, sanear el estamento de la patria hasta hoy pervertido, estafador, torcedor, violento y causante de muerte. Todos queremos vivir en un hogar seguro, con pan, paz y trabajo decoroso. Ese es un derecho de todos los humanos en este planeta, más allá de toda frontera.
De eso trata esta peregrinación que cada día crece, por eso Palmerolo, tenés razón: clamemos al hermano, a la hermana, al prójimo, por solidaridad, de darnos como sol, de solazar y multiplicar en todos los confines del planeta, en las ramas de todos los árboles donde haya nidales, en los fondos de todos los océano donde haya magma de vida, en la altura de todas las conciencias donde haya utopías de libertad, verdad y convivencia fraternal ¡Clamemos fraternidad!
Palmerolo, todo el mes de julio ha sido de protestas y ha llegado agosto y los hijos de Lempira, nuestro padre, el gran patriarca de la patria humilde y generosa, han salido a hacerle honor a su levantamiento originario contra el usurpador y exterminador sin escrúpulos. El pueblo firme ha sabido con honor desempolvar los tambores antiguos y adormecidos de los caminos, los pitos de carrizos del grito y de la rebeldía, las ocarinas del barro del compromiso. Gritando, clamando, llamando, aclamando, llorando a veces, porque la armonía mueva el pendón de la patria y no el abuso de las armas, del delito y de la mentira.
Contraria a este pueblo, la mentira golpista, dice: “viene Chávez, viene Chávez” Buscando crear ceguera con su mentira. Proclama la mentira: “MEL es el culpable por eso lo echamos” mientras ellos van pisoteando la patria, la vida, no sólo la constitución y sus leyes. Con maldad repiten: “No hay muertos, en Honduras todo es tranquilidad. Y recaerá el peso de la fuerza, sobre el grupito de revoltosos que se atrevan”
Han convertido al ejército que era una institución que bien pudo convertirse en garantía democrática, en azote del pueblo, en enloquecida tropa disparando, reprimiendo.
Eso se llama crimen y la peregrinación viene a corregir esa torsión malévola: viene en paz, con riesgo de ser pasada por las armas, viene con la fe en Cristo reclamando porque a esta patria que ha sido asesinada debe resucitar para ser seno generoso de paz, desarmado, pródigo, de gente trabajadora, de bien, convivencia sana, diálogo y compromiso: de que ha de ser siempre la equidad la que oriente las decisiones de todos sus hijos e hijas. En un No al crimen y la ilegitimidad.
Esta peregrinación Palmerolo, es una expedición hacia las conciencias del mundo, que tiene que decir ¡Alto, ya basta, que pare el quebrantamiento que sufre el pueblo!
Te saludo y me da mucho gusto saber que estamos en esta, apostando por la vida a favor de la vida amigable, fraterna, mediadora, consensuada e innovada por las generaciones que les toca definir su momento y redituar de justicia a la patria.
Te pido que me saludes al Patriarca Tolupán y dile que Lempira se hace actual, que va de camino, peregrinando, con vigor; sacando fuerzas de flaquezas, pero decidido y definitivo.
Candelario Reyes García
Tu amigo poeta.
Paisano borrico:
Tenés razón mi sabio amigo, el pueblo que va en peregrinación es la paz que se hace al camino. Su optimismo de energía ya está por encima de toda política: es la soberanía misma a pie, que se hace a caminar. Esta armonía de pasos y conciencias, respira, sonríe, es gozo, no consume municiones, ni disuade mediante las armas. Camina y reclama simplemente y busca derribar esa ola de martirio y angustia, que el turco fratricida y su prole de mañosos le ha impuesto a nuestra patria.
Esta inquietud desarmada camina y canta, hace poesía diaria y se armoniza con los amaneceres y sólo busca aliviarle angustia a este mundo demasiado armado, demasiado violento, en demasía militarizada; capaz de expatriarnos de la vida y de la esperanza, de matarnos por tener decencia, decisión propia, dignidad diaria, desobediencia cuando así lo ordena el ara de la patria.
Ha sido tan grande el crimen y el pecado cometido por el régimen usurpador de los golpistas, que el pueblo sencillo y conciliador, ha salido a exponerse no importa los colosales ingenios de armas que la represión imponga. Sólo busca que el crimen abandone lo que ha tomado por la fuerza y que en la patria se reinstale la democracia.
Debemos reverenciar inclinando nuestras cabezas y hacer honor Palmerolo a nuestro pueblo. La muerte no es nadie: la garantía es de los que marchan defendiendo la vida, reclamando la paz, es la vida en abundancia. Que son cientos de miles que se van sumando, más cientos y cientos que apoyan con comida y agua, con solidaridad y oraciones, como si el cielo mismo es el que ha bajado al suelo de la patria dispuesto a
hablar de frente, a sumar, a crecer y llenarlo todo de humanidad.
La peregrinación ya no quiere vivir dramas más agudos, quiere refundar la patria. El horror suscitado tiene una respuesta de luz, que dice: La patria no puede ser un negocio de la iniquidad y la violencia.
La peregrinación es el pueblo movilizado, reclamando el tiempo de firmar una verdadera Acta de Independencia, no sólo de papel y hecha por la élite de poderosos. Esta es una nueva Acta de un gran pacto social proveniente de la gran masa popular. Escrita en el rostro de los caminos, graficada por la dignidad de la justicia y rubricada por la sangre de los mártires.
La peregrinación va, Palmerolo, es concreta, de carne y hueso, de sangre y convicciones, es sentimientos e ideales: contiene la sustancia de la participación de una gran misa comunitaria. Va por una nueva Asamblea Constituyente conformada por el pueblo, va por el desarme y la paz, va en contra de la violencia y el crimen; es a favor de la concordia y la amabilidad, el trabajo limpio, la honestidad y la garantía de que nadie deberá en Honduras tener miedo de nadie, sino confiar, vivir, dialogar, darse ayuda mutua, creer y actuar con responsabilidad.
No pueden decir los golpistas que somos unos dos, cinco, cien; tienen que contar bien. Y si son cuerdos deben devolverle al pueblo la institución de la patria; no temer. Que el pueblo es justo, no golpea, no agrede, ni miente: sólo quiere devolver la verdad a los colores de la bandera y dotar nuevamente de Soberanía los emblemas y valores del terruño que nos vio nacer.
Esa es la verdad de esta peregrinación, salir de esta crisis renovados, sanear el estamento de la patria hasta hoy pervertido, estafador, torcedor, violento y causante de muerte. Todos queremos vivir en un hogar seguro, con pan, paz y trabajo decoroso. Ese es un derecho de todos los humanos en este planeta, más allá de toda frontera.
De eso trata esta peregrinación que cada día crece, por eso Palmerolo, tenés razón: clamemos al hermano, a la hermana, al prójimo, por solidaridad, de darnos como sol, de solazar y multiplicar en todos los confines del planeta, en las ramas de todos los árboles donde haya nidales, en los fondos de todos los océano donde haya magma de vida, en la altura de todas las conciencias donde haya utopías de libertad, verdad y convivencia fraternal ¡Clamemos fraternidad!
Palmerolo, todo el mes de julio ha sido de protestas y ha llegado agosto y los hijos de Lempira, nuestro padre, el gran patriarca de la patria humilde y generosa, han salido a hacerle honor a su levantamiento originario contra el usurpador y exterminador sin escrúpulos. El pueblo firme ha sabido con honor desempolvar los tambores antiguos y adormecidos de los caminos, los pitos de carrizos del grito y de la rebeldía, las ocarinas del barro del compromiso. Gritando, clamando, llamando, aclamando, llorando a veces, porque la armonía mueva el pendón de la patria y no el abuso de las armas, del delito y de la mentira.
Contraria a este pueblo, la mentira golpista, dice: “viene Chávez, viene Chávez” Buscando crear ceguera con su mentira. Proclama la mentira: “MEL es el culpable por eso lo echamos” mientras ellos van pisoteando la patria, la vida, no sólo la constitución y sus leyes. Con maldad repiten: “No hay muertos, en Honduras todo es tranquilidad. Y recaerá el peso de la fuerza, sobre el grupito de revoltosos que se atrevan”
Han convertido al ejército que era una institución que bien pudo convertirse en garantía democrática, en azote del pueblo, en enloquecida tropa disparando, reprimiendo.
Eso se llama crimen y la peregrinación viene a corregir esa torsión malévola: viene en paz, con riesgo de ser pasada por las armas, viene con la fe en Cristo reclamando porque a esta patria que ha sido asesinada debe resucitar para ser seno generoso de paz, desarmado, pródigo, de gente trabajadora, de bien, convivencia sana, diálogo y compromiso: de que ha de ser siempre la equidad la que oriente las decisiones de todos sus hijos e hijas. En un No al crimen y la ilegitimidad.
Esta peregrinación Palmerolo, es una expedición hacia las conciencias del mundo, que tiene que decir ¡Alto, ya basta, que pare el quebrantamiento que sufre el pueblo!
Te saludo y me da mucho gusto saber que estamos en esta, apostando por la vida a favor de la vida amigable, fraterna, mediadora, consensuada e innovada por las generaciones que les toca definir su momento y redituar de justicia a la patria.
Te pido que me saludes al Patriarca Tolupán y dile que Lempira se hace actual, que va de camino, peregrinando, con vigor; sacando fuerzas de flaquezas, pero decidido y definitivo.
Candelario Reyes García
Tu amigo poeta.
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