jueves, 15 de octubre de 2009

Se redondearon cien días de amor y muerte

El despeñadero, 5 de octubre2009.

Querido Poeta:
Se redondearon cien días de amor y muerte. Que así se le podría llamar a lo que otros llaman diálogo; que es cierto, ha habido diálogo: entre ellos se pusieron de acuerdo de cómo tumbarse al Presidente Manuel Zelaya, y se han venido poniendo de acuerdo de cómo mantenerse en este golpe asestado a la patria, hasta llevarla al deterioro máximo de convertirla por ley en una prisión de muerte.
Y nosotros la resistencia, nos hemos puesto de acuerdo entre nosotros, también, en un gran diálogo nacional de cómo resistir este abrazo de la muerte. Un diálogo rico en expresiones y en propuestas para fundar una patria nueva.
Ese diálogo entre nosotros y esa capacidad de resistir, es la que le ha permitido al Presidente tomar la palabra y ser escuchado por las naciones; si no, simplemente fuera un exilado más, por las razones que fueran, como la suerte de casi un millón de compatriotas, exilados por hambre, incognitos, indocumentados y ninguneados por un sistema de cuchillos en la panza.
Y el diálogo del golpe, de los golpistas: de garrotazos que nos propinan a diario, de secuestros, apresamientos y asesinatos. Que es un diálogo de guerra sucia contra el pueblo. Hecho de manera técnica, con financiamiento y asesores civilizados en ese tipo de diálogos.
En su diálogo, habla la opresión mediante un ejercicio de guerra que bien puede durar mil años, ya que los ejércitos se preparan para eso, para la guerra ¡No ve lo serenos y felices que lucen los generales entre más nos succionan sangre! Están en su lodo: la guerra, no importa de la intensidad de que esta sea. Entre más sangre, mejor para ellos: se mantienen motivados.
Cien días poeta, cien días de amor del pueblo pese a la muerte que nos van propinando, cien días de diálogo ejemplar con la historia de la patria, donde hemos dejado clara nuestra palabra: restitución del gobierno elegido por el pueblo y una nueva constituyente. Y esa palabra la defenderemos.
Es un diálogo de resistencia en tanto que se rompió el proceso que veníamos viviendo por una falla del sistema, es decir, del contrato social, del acuerdo viejo que ha sido roto por los delincuentes que secuestraron al presidente y han cometido otra serie de crímenes contra el pueblo y la integridad de la patria.
Ellos dicen que van a elecciones y que quieren firmar un pacto. Un pacto en que el asesino le impone a la víctima cómo comportarse, porque esa es la cultura a la que están acostumbrados.
Todo por asalto, todo por maña, todo mediante el crimen. Y el pacto, sólo es otra expresión del secuestro, manteniendo el rehén como parapeto para burlar la ley.
Por eso es que cundo en la resistencia decimos, restitución, es todo, poeta, incluidos estos cien días y los que faltan. Restitución también quiere decir resarcir el daño provocado y sus consecuencias directas e indirectas.
Ve, poeta, la resistencia ha sido una escuela, hasta yo de burro, a palos, he aprendido a hablar con decencia. Ya sé hablar, eso quiere decir, que estoy listo para dialogar.
Crimen es crimen y el crimen no puede quedar impune. Y ellos ya acumularon demasiados. Y al parecer, por eso, es que saldarlos no es fácil; porque los criminales, están esperando que se les trate como íconos especiales de la constitucionalidad: que no se les toque y que salgamos de aquí, mediante borrón y cuenta nueva, con la factura a favor de ellos, como los eternos acreedores de la ganancia, la impunidad y la corrupción mediante el crimen que les abultado sus bancos ¡Porque, qué cosas, todos tienen bancos! Y nosotros, ni para sentarnos. Bueno, a mí, el banco me lo ponen en el lomo, es mi aparejo: allí se me montan y me cargan. En eso soy del pueblo, todos vamos aparejados.
¡Cien días, poeta! ¡Y hay que ver del lado nuestro cuánto llanto, pero a la vez, cuánto arte, cuánta esperanza y alto nivel de dignidad! Y mártires que nos dicen: la sangre derramada, no debe ser negociada.
Y del lado de ellos; siempre ganancias: el botín ha estado allí, en las arcas. Es cuestión de un plumazo, de unos sellos y unas firmas, y entre ellos, no hay analfabetas; porque podrán ser bestiales, poeta, pero analfabetas, no lo son, ni los policías, ni los soldados que nos aporrean. Nadie podrá justificar ante las víctimas, ignorancia y ante el crimen, desconocimiento.
Y en este diálogo está claro, por parte nuestra: no a la impunidad, no a los crímenes de lesa humanidad.
Así seguimos, sosteniendo esta carga, ahora bajo el silencio de cementerio de una ley que ha roto las garantías institucionales; y a propósito, esta vez, no ha habido “corte” que le extienda a la Fuerzas Armadas una orden de secuestro contra el que la ha violado ¡lo que es el crimen, poeta, él solo se va poniendo en evidencia! ¡El sólo se contradice! Allí están las pruebas.
¡A MEL los secuestran porque iba a hacer una encuesta que ponía en peligro la constitución y ellos; con ella se lo limpian y no hay problema!
Aquí me quedo, que tengo mucha leña por jalar, seguimos la plática otro día. Entre mordazas, disparos y quebrantos lo saludo poeta ¡ah, pero no me voy sin preguntarle ¿No sé si va a seguir escribiendo poemas? ¿Si valdrá la pena? Por favor, respóndame esta duda, es que yo creo que sería mejor que imprimiera los que ya ha hecho y los distribuya entre el pueblo, que la gente me pregunta, que quiere conocerlos.
¡Escríbame, no me deje con la duda! Un rebuzno y un retozo de contento y saber que resistimos, hasta el último y hasta que al santo, le desaten la cuerda, con la que lo tienen amarrado de las pantorrillas y que nos quiten los letreros y grilletes de presos políticos a un país entero.

Palmerolo
Su siempre amigo borrico.

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