jueves, 15 de octubre de 2009

Los Escuadrones de la Muerte

Guaymaca, 21 de septiembre de 2009

Palmerolo
Paisano borrico:

Un saludo mañanero mi buen amigo de roznar paciente y puntual, sólo espero que el pasto no te falta, pues se que los trabajos te abundan, aunque los salarios nunca lleguen.

Espero también que no te falte hierba y zacate, para que tu calvario no sea de espinas, zarzas y terrones resecos, ya que además de esta cruenta dictadura, ahora arrecia sobre nosotros el Fenómeno del Niño: sol calor sequía y represión. La asfixia está haciendo de este país una olla de presión de cuidado.

¡Sabés que ayer dimos sepultura a los restos del profesor Feliz Antonio Murillo López, cuyo cadáver apareció tirado en la carretera, desnudo y con signos de tortura! Fue asesinado a golpes.

Ese Palmerolo, es el mayor signo de la moral de la dictadura: la violencia, el secuestro, la tortura y el asesinato al indefenso. Golpes, golpes, golpes desde la ceguera de su oscuridad. Esa es su constitución y su ley; desde el momento que secuestraron al Presidente, precedidos por una lluvia de balas de ametralladora, como para provocar una “muerte accidental” que gracias Dios no se produjo y se vieron en la obligación de irlo a tirar a otro país, y a partir de allí, hicieron su constitución de golpes e impunidad ante el crimen.

A la dictadura sólo la sostiene la fuerza militar y policial, que se adiestra para una represión selectiva previa y posterior a las elecciones con especialistas Israelíes en asesinar al pueblo palestino, y hoy entrenan a sicarios de la policía, con el propósito de desarticular al Frente de Resistencia contra el Golpe y la Dictadura. El método: golpes desde las sombras de la muerte. Esa moral, los ha llevado a constituir la cultura una golpista, por demás, lustrada con el salivazo de la mentira.

Han diseñado legitimar la dictadura, cambiando la cara de quien la encabece y la endurezca, bajo el argumento de que se extermina a terroristas que se oponen a la democracia, y para eso que han traído especialistas, por un asunto de métodos probados y certificados por el sionismo.

Para desgracia de ellos, la Resistencia crece cada día, porque el pueblo hondureño, no quiere más ser burlado, como lo ha venido sucediendo, por una camarilla de empresarios violentos y armamentistas, dueños de tanto dinero, que se dan el lujo de financiar la muerte y hacerla la más rentable de de sus empresas.

Por eso es que la dictadura sólo tiene esa moral: la fuerza de las armas, a cuyo sometimiento estamos todos sumisos, sintiendo que un cañón nos apunta a la cabeza, con la facilidad de dispararnos cuando se les ocurra, sin tener que dar explicación alguna, mucho menos responsabilizarse judicialmente por el crimen; o que un escuadrón de la muerte, negocio de facto, puede secuestrarnos fácil, facilísimo: con sólo un gesto proveniente de las esferas de la esquizofrenia del régimen usurpador, los mastines actúan.

He ahí la nueva estrategia de reducción de la pobreza que se ha instalado en el país. Así se gastan hoy los fondos de la condonación de la deuda. Y de paso, se resuelve la deuda social, matando a los dirigentes del pueblo en resistencia, para que no haya más protesta, ni voces que griten en el desierto.

Es este, Palmerolo, un régimen de escarnio surgido de la demencia senil de instituciones políticas hechas a imagen de la cultura del atropello, considerando, que es ese el mejor modelo de vida para una nación; por algo, es que ocupamos los últimos lugares de desarrollo humano del planeta, de lo que sus responsables, al parecer, se sienten orgullosos, considerando la mejor suerte para un país, para un pueblo, para una porción de la humanidad.

Palmerolo, la pobreza campea, en todos los sentidos, y la muerte se mueve en torno a ella como ave de carroña desesperada, sintiendo que tiene en riesgo su modo natural de carroñar en abundancia y de manera asolapada.

Por eso cuídate, en este verano tan copioso, cuidado sea más duro que el veranillo de San Juan donde perecen los jumentos más viejos del Valle de Comayagua y las llanería se llenan de osamentas, como una exposición de ruina y mal augurio. Cuídate, en tu travesía por esta Honduras que te ha tocado vivir, y en el que la corrupción toca fondo, y que para salir de este hoyo, no será nada fácil para los pobres, que siempre somos los que pagamos las consecuencias.

Toma agua, mucha agua. Y cuida con tu pueblo las fuentes, para que por lo menos tengamos esto en esta hambruna, que ya se ve que por la ayuda internacional no la tuvimos cuando el Huracán Mitch, pero que hoy si se sentirá porque el fenómenos del niño ha tenido la ocurrencia de venir a presenciar, en su juego abrasador de niño de fuego, como es que es la dictadura y aprenderle mañas. No te digo que almacenés alimentos, porque ya sé que no es una costumbre de tu pueblo; por cierto una cultura que hay que cambiar. Hay que prever los años de burras flacas, no sólo vendiéndose como mano de obra barata y vendiendo en flor las cosechas, endeudando la vida, la herencia y el bocado.

Quise escribirte como una alerta, que al parecer las mafias están fortaleciendo el lado oscuro de las fuerzas de esa dictadura, y no es dudarlo, que hasta vos estés en la lista de las posibles víctimas de los escuadrones de la muerte que entrenan los matones israelitas.

Un abrazo, un rebuzno y una bulla; y recuerda, el que no salte, es golpista. Pero además vuela ojo, que “La Operación Tundra” de los escuadrones de la muerte que hacen gobierno golpista, es el eslogan de los poderes de facto y actúa como bomba de fósforo.



Candelario Reyes García
Tu amigo poeta.

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