miércoles, 9 de septiembre de 2009

Burro Obrero escribe a Palmerolo

San Antonio del Norte, La Paz, Honduras8 de septiembre de 2009.

Estimado Palmerolo Burro: Te escribo desde el potrero de los Ochoa, aquí al otro lado de la Quebrada de los Chuchos, camino de Aguanqueterique. Estoy a la sombra del mismo árbol de jícaro donde hace muchos años me corneó “Carablanca”, el toro matrero del famoso Pablo Ochoa. A vos te deben de haber contado el cuento tus abuelos, que eran oriundos de por aquí. Ocurrió hace mucho tiempo una mañana de ordeño que yo cargaba a Santana, uno de los mozos de mi dueño. Resulta que aquel toro bellaco me clavó uno de sus largos cuernos y me suspendió en el aire como si yo fuera un muñeco de trapo. El jinete Santana a puras penas pudo guindarse de una rama del árbol de jícaro. Cuando al fin quedé libre, apenas podía caminar y me desangré. Todos dicen que morí pero la verdad es que yo me quedé aquí a la sombra de este palo de jícaro. Sólo aquellos que miran más allá de las cosas y del tiempo saben que sigo vivo. Pero no sé por qué te cuento esta historia, tal vez será porque no quiero que se borre mi fama del burro obrero más querido por mi dueño y por el pueblo entero. Los viejos de San Antonio del Norte te pueden ampliar mi historia. No sé si sabés donde queda este pueblo, que en los tiempos bravos era lugar de paso de montoneros. Ay, amigo Palmerolo, parece que por Honduras no pasara el tiempo pues las soldadescas de ahora son iguales o peores que aquellas soldadescas de las montadas del tristemente célebre “kakita”, un esbirro del caríato.

Preguntales a tus abuelos y ellos te van a decir más de estas cosas. Pero bueno, la realidad es que te mando esta carta para saludarte nada más y para decirte que tengás cuidado pues por todo Honduras ( y fuera de Honduras también) andan diciendo que vos andás cargando en tu lomo a ese Cipriano el de los Tolupanes, dicen que lo llevás de un lado a otro en eso de la resistencia. Bueno, no estás por conocer a los escuadrones de sicarios, que hacen el trabajo de la policía, sólo que éstos no dejan huellas y todo pasa como si no hubiera pasado nada. Cuidate Palmerolo, que esos malnacidos golpistas te pueden dar chicharrón, y vos sabés que el chicharrón de burro nadie lo come ni en tiempos de hambruna. Aunque te voy a decir una cosa: yo y toda mi prole, que ya es numerosa, te apoyamos, podés estar seguro de que aquí tenés amigos que están con tu causa, que es la de todos también. Ojalá que el presidente Mel regrese pronto pues Honduras lo necesita hoy más que nunca. Fijate que desde el 28 de junio mis hermanos se deprimen con frecuencia y sólo los animan las noticias tuyas. Es que un golpe como ese de los chafas, de gorileti y ese montón de diputados vendidos que los apoyan sí que duele.

Seguí con tu lucha buen amigo, no te rindás nunca, que aquí en estos calores y bajo estos soles del camino a Comayagua nadie se rinde tampoco. Aquí sólo se oyen vivas a la resistencia y a Mel Zelaya y la nueva Honduras que va a nacer de la nueva Constitución. Saludos con los rebuznos más entusiastas para vos.

Burro Obrero.

0 comentarios:

Publicar un comentario