martes, 11 de agosto de 2009


DÍA 45 DEL GOLPE - Martes, 11 de agosto de 2009
Veredas y orillas, 11 de agosto de 2009
Palmerolo
Paisano borrico:

Gracias por tus cartas en las que entiendo perfectamente tus reclamos. No se te olvide que mi salud es frágil; pero no me quejo, porque a cambio he obtenido como ganancia tu prolija correspondencia, que por cierto es muy celebrativa, pese a lo infame de la situación golpista que se vive en el país; que para suerte de la historia, el pueblo ha asumido con la moral alta digna de un Lempira y de un Francisco Morazán, como tú bien lo manifiestas en tu última carta.

Nunca esperaron los golpistas una dignidad popular superior a su bajeza de criminales. Quisieron demonizar al Presidente mintiendo adrede de que la encuesta era para establecer el socialismo. Y que por ser una mentira del tamaño de la alevosía por ellos cometida, el pueblo supo responder. Ya que su mentira, estaban demonizando también al pueblo, que es bueno, que cree en la hermandad, que no posee armas de muerte ni mezquindades en el corazón: bueno, sí, cuando deja de ser pueblo y se vuelve empleado del crimen por causa de las mismas condiciones de injusticia que prosperan en Honduras, y se une al ejército o a las bandas de crimen.

Honduras será patria buena y digna si la convertimos en mata de frutos buenos. Y en eso, esta peregrinación de la paz es la pauta, no hay duda.

Ya no puede seguir siendo la hondura, el hoyo, el abismo de los Alibabá y de los filibusteros que vinieron con la Estándar Fruit Company –que vos has de conocer como Chiquita Brands porque suena más bonito- y que tomaron por asalto lo mejor de Honduras para convertirla en estas relaciones de injusticia, en esta mata de oprobio que mata y golpea y que quieren que aceptemos como única constitución de la verdad, pétrea e intocable.

Toda esa turcada arabesca de beduinos insaciable y asaltadores a la vista, que entró a Honduras apañados por la dictadura delas bananeras, esta vez han alcanzado el nivel más alto en su cartel de abusos, pero el pueblo ya está harto. No soporta más. Está en desobediencia. En peregrinación y esgrime a los vientos su palabra que reclama justicia y bien, concertación y democracia, para que funcione la patria regida por un nuevo contrato social acordado por todas las partes que no sean golpistas, que no nos hayan teñido de sangre y de vergüenza; eso debe aclararse bien.

Ellos son hasta hoy los dueños del congreso, la corte, la fiscalía, el ejército y la policía. Y esta vez se les había zafado de las manos la presidencia, que mediante el golpe lo quisieron enmendar, no sabiendo que el pueblo iba responder cansado de tanta afrenta. Pero tienen la lección ante sus ojos: no se puede defender la injusticia implantando más crímenes.

Palmerolo, los pobres y la clase media han sido extranjeros en este país. Mientras unos pocos ricos: dueños, amos, dictadores; más que oriundos, ya que sus mujeres van a parir a Miami y su descendencia, igual que ellos , tienen doble nacionalidad: Fueron establecidos por las bananeras y enriquecidos durante los gobiernos militares y hacen prevalecer esa identidad ( Hay que recordar la quiebra de la CONADI, los contratos onerosos de prestación de servicios al estado, el establecimiento de latifundios y consorcios de importaciones y exportaciones mediante la legitimación del contrabando y el fraude fiscal, etc.) Por su gran experiencia, su crecimiento y su capacidad de ligarse a intereses de las transnacionales han hecho de la patria un botín de la gran explotación económica global, etc.

Así, que bien me dices Palmerolo, y correctamente me ilustras. Este golpe es una piedra, que si bien la lanzaron de manera estúpida, de forma muy inteligente están buscando apropiarse los intereses de los grandes capitales que tuercen la suerte del planeta.

Esperemos que este golpe no llegue a más, y que la capacidad de respuesta pacífica del contragolpe popular dé resultados en el corto plazo. Ya que los ricos tienen recursos y muchos socios poderosos, muy interesados en este golpe; tanto que pueden convertirnos a nosotros en su laboratorio de prueba, para diseñar sus nefastas políticas de iniquidad del futuro para todo el continente. Es duro, pero no menos cierto. El crimen es poderoso.

Ellos son amigos continentales por los grandes intereses que ostentan y que los respaldan. Sólo nos queda, de nuestra parte esta grandeza moral de hondureñidad, que es el alma de la peregrinación. Nos queda eso. La grandeza de la generosidad de la paz y el bien, ante el aplastante monstruo de los grandes capitales cuya mezquindad quiere cada vez más ganancias y privilegios, no importándoles si con ello nos abismamos cada día más hacia la destrucción del planeta: tal pareciera que la esencia de su vorágine de capitales proviniera del mismo Satán. Una cultura de muerte, de droga, de armas de medios de masas violentos e idiotizantes.

Este diálogo por la vida, esta peregrinación popular, este caminar de pueblo que tiene sed y hambre de justicia, es lo que nos queda Palmerolo. Todo lo demás nos niega el derecho de patria que de natural nos corresponde.

En eso tu alegría y la energía de tu reclamo en tus cartas son legítimas. No podemos ser indiferentes. No nos podemos callar; es más, no podemos darnos el lujo de la excusa. Y te lo agradezco, por el buen ánimo, por el sentido del bien común, y de ver, cómo decían los antiguos, que al final, si miramos bien, gentes y animalitos, volvemos al mismo humus del suelo del cual provenimos, y nadie podrá aseverar, quien, mientras vivió fue más leal a sus orígenes.

Te hago llegar un gran abrazo de amigo y rebuznemos vos y yo, para burlar esta situación de oprobio, que no nos queda más, ya que a lo mejor los hondureños de abajo, hasta tengamos que aprender a comer zacate, tierra de los derrumbes o sobras de guerra; si dejamos que estos turcos nos orillen más a los abismos de la inanición, de la pobreza, de la miseria de la degradación y la marginalidad de sólo ser poseedores de una cédula de identidad y una vergüenza de por vida de decir: soy hondureño (a)pobre y sólo tengo acceso a eso, nada más.

Candelario Reyes García
Tu amigo poeta.

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